A todo el mundo le encanta el cunnilingus. La mujer que lo recibe porque estará encantada con tanto gozo y placer, y su pareja sexual porque se excita de manera muy intensa al practicarlo. Por lo tanto, es una situación que no tiene lado malo. Sin embargo, ¿sabemos hacerlo correctamente?
Hay veces que hacemos tanto algunas cosas que pensamos que somos unos expertos. Pero, ¿y si no lo somos? Muy pocas veces nos planteamos mejorar lo que pensamos que hacemos de manera excelente, sin caer en la cuenta de que, quizá, no seamos tan buenos como pensamos. Además, por muy bien que dominemos ciertas técnicas, siempre hay lugar a la mejora.
El primer gran error es ir directamente al grano. Si bien es cierto que una excitación máxima puede llevarnos a esto y la chica disfrutar igualmente, la verdad es que en la mayoría de los casos es ideal ir pasito a pasito. Comienza con un festival de besos, para ir bajando poco a poco, lamiendo sus pechos primero y luego su abdomen de forma tranquila y sensual.
Al llegar abajo, sigue calentando la situación pasando tu lengua por sus muslos en dirección a su clítoris, pero sin llegar a tocarlo. Roza muy suavemente, sin casi tocar, todas las partes de la vulva, con lameteos constantes que vayan desde la parte baja a la parte alta.
Notarás en este punto como aumentan los jadeos, lo que indica que el trabajo de excitación va por muy buen camino. Es el momento de intervenir la joya de la corona, el clítoris. Durante todo este proceso ten mucho cuidado con los dientes. Todo debe ser suave, sensual y excitante. Por eso recréate, degusta toda su vulva poco a poco antes de ir al grano.
Tu lengua debe ser un elemento agradable y flexible, trata de no mantenerla muy rídiga. No olvides jugar con ella, y cambiar de movimiento cada cierto tiempo. Lo mismo con la velocidad e intensidad. Si conoces bien a la chica sabrás lo que le gusta y de qué forma, pero si no trata de dejarte llevar por sus sensaciones. Varía lo que hemos dicho y déjate llevar por sus gemidos y gestos en general.
No hay que centrarse en solo una parte
El clítoris es la parte donde se focaliza gran parte del placer, pero no olvides el resto. Estimula también otras partes de la vulva, como pueden ser los labios. No seas predecible y no hagas todo el rato lo mismo, o acabarás por cansar a tu amante.
Cuando veas que la cosa va bien y que ella está disfrutando, empieza también a usar tus otros dedos. Acércalos lentamente a su vagina y rózala un poco, pero no los metas. Eso la pondrá a cien. Amaga varias veces, mételos un poco más y vuelve a sacarlos. Jugar con esta incertidumbre será fantástico para la interacción sexual y gusta mucho a la mayoría de las mujeres. Finalmente introduce tus dedos y estimula con ellos al tiempo que sigues usando la lengua por el resto de su vulva y su clítoris.
Todo esto son ideas y consejos en general, que suelen funcionar en una gran cantidad de casos. No obstante, no olvides que cada persona es un mundo. Habla con tu pareja sin tabúes sobre lo que les gusta y sobre lo que haces bien y mal. A partir de ahí, adáptate a lo que sabes que le pone más y hazla disfrutar como hace tiempo que no lo hace.